Si partes de una buena base, si ya has hecho ejercicio antes y deseas recobrarlo, te amoldarás de manera rápida a la práctica del ejercicio. Es diferente si es la primera vez que te apuntas al gimnasio puesto que precisarás de un periodo de adaptación con el que debes contar. Cada cuerpo es diferente.

Piensa en tus puntos fuertes y en tus debilidades

Por servirnos de un ejemplo, si eres una persona incesante o bien abandonas con sencillez, si tienes una buena forma física o bien no, si te agrada hacer ejercicio con música, que género de ejercicio te agrada si es aeróbico, … En caso de que te guste percibir música alta al unísono que haces deporte, que precises bajar de peso y ejercitar todos tus músculos, estimulando todo el sistema cardiovascular y abrasar muchas calorías, el spinning podría ser tu aliado.

Ponte metas y objetivos a largo plazo

Da lo mismo como sea el propósito lo esencial es que sea asequible y puedas medirlo. Si te planteas tener el brazo de un superhéroe o bien la resistencia de un triatleta te rendirás pronto, pero si te planteas prosperar tu capacidad pulmonar en un diez por ciento y bajar de peso 1 kg lo lograrás con sencillez y vas a poder valorar tus resultados.

Planifica el trabajo que vas a hacer

Ahora te toca meditar en que harás para lograr esos objetivos que precisas para progresar en tus debilidades y aprovechar tus fortalezas. Para lograr esos objetivos te puedes ayudar de las clases colectivas que se hacen en el gimnasio. Con un grupo de trabajo es más fácil lograr los objetivos marcados.

Recompénsate por lograr metas

Según vayas consiguiendo los objetivos que te has marcado, recompénsate con la ropa de gimnasio que te gusta, las deportivas que tanto te gustaron el otro día o date un capricho comiendo o cenando. Es muy importante que no te obsesiones y que sepas que los objetivos tardan en llegar y que cada cuerpo es diferente.